500 g de harina repostera.
250 g de manteca de cerdo.
200 g de azúcar glas.
125 g de harina de almendra
3 g de canela molida.
Azúcar glas para espolvorear.
PREPARACIÓN:
Tostar en una sartén las harinas por separado hasta que tomen un color ligeramente dorado. Cuidar que no se quemen. Tardará un poco más la de trigo que la de almendra.Dejar que se enfríen.
Mientras, mezclar la manteca con el azúcar hasta conseguir una pasta.
Añadir la canela y la almendra (ya fría) y seguir mezclando a mano hasta lograr una masa homogénea.
Ahora, poco a poco, súmarle la harina tamizada, es importante porque tras pasar por el horno es fácil que queden partes apelmazadas.
La masa quedará bastante blanda, así que meterla, en el bol tapado, en la nevera durante una hora.
Estirar la masa, se puede hacer entre dos láminas de papel de hornear.
La masa es quebradiza, así que estírarla con cuidado hasta dejar un grosor de 2 centímetros. Aplica el corta pastas y colocar las piezas con cuidado en una bandeja de horno con papel en la base. Dejar espacio para poder retirarlos mejor. Juntar los restos de masa, estira de nuevo y repite el proceso hasta que no te quede nada.
Con el horno precalentado a 200 grados cocinar durante 20 minutos hasta se se tuesten un poco.
Retirar del horno y en cuanto puedas tocarlos sin quemarte pásalos con sumo cuidado a una rejilla, son quebradizos.
Espolvorear generosamente con azúcar glas cuando estén fríos del todo. Se pueden envolver en papel o ponerlos en cajas de metal para presentarlos.
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