INGREDIENTES: (6 personas)
Para la base:
- 150 g de galletas secas
- 90 g de mantequilla
Para la crema de queso:
- 350 g queso crema
- 350 ml de nata líquida fría
- 70 g de azúcar
- 2 g de hojas de gelatina
- 50 ml de leche
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 50 g de almendra granillo caramelizada
Para la salsa de caramelo salado:
- 150 g de azúcar
- 150 ml de nata líquida
- 2 g de sal
- 30 g mantequilla
PREPARACIÓN:
Pon las hojas de gelatina en un bol, cúbrelas con agua fría y espera a que se ablanden. Trocea las galletas, ponlas en una picadora y tritúralas. Incorpora la mantequilla fundida y vuelve a triturar hasta que quede bien integrada. Cubre un molde de fondo desmontable con un trozo de papel de horno, pon encima la mezcla de galletas y mantequilla, y distribúyela por toda la base del molde.
Pon la leche a calentar en un cazo. Introduce las hojas de gelatina escurridas y mezcla hasta que se diluyan. Pon el queso crema en un bol grande. Añade la nata fría (350 ml), el azúcar (70g) y la esencia de vainilla. Bate los ingredientes con una batidora de varillas eléctrica. Vierte la leche con las hojas de gelatina y sigue batiendo. Agrega la almendra granillo caramelizada y mezcla bien. Vierte la crema en el molde sobre la base de galletas. Iguala la superficie e introduce la tarta en el frigorífico durante 2-3 horas.
Para hacer el caramelo, pon el azúcar (150g) a calentar en un cazo y deja que se funda hasta conseguir un caramelo oscuro. Vierte la nata (150 ml), caliente, poco a poco, aparta el cazo del fuego y mezcla bien. Incorpora la mantequilla y vuelve a mezclar hasta que se disuelva y deja que se enfríe.
Desmolda la tarta, adórnala al gusto con el caramelo y espolvoréala con unas escamas de sal.
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